Badajoz, 1951-2006.
Desarrolla su obra entre los años 1975 y 2006. En el inicio, se acerca a la fotografía desde el amateurismo, practicándola como pasatiempo, pero poco a poco se convierte en algo más, en una pasión fundamental en su vida, junto con la música y la literatura. Su obra fotográfica bebe continuamente de estas otras dos disciplinas.
Como muchos otros fotógrafos en la época, aprende a fotografiar a través del estudio de las publicaciones de la época y al intercambio con amigos como Santiago Brun, José María Valero, Vicente Novillo o José A. Montoya, con quienes también coincide en la Agrupación Fotográfica de Extremadura durante algún tiempo.
En los años ochenta construye su discurso sobre la plasticidad en la fotografía a través del uso de tramas y espejos que modifican la imagen de lo real. Desarrolla su obra en torno a series en las que hay diferentes temas o protagonistas, insistiendo sobre la representación de objetos concretos (vidrios, flores,…) o ideas más amplias como el desnudo, la música, la danza, etc.
Al final de su vida realiza varios trabajos más cercanos al documentalismo. Fotografía la ciudad de Lisboa en “Una luz incierta” (2004), aún bajo una estética onírica y tiende hacia una fotografía más descriptiva en los trabajos “Hecho en La Habana” (2005) o “Vivir en la raya”, trabajo que quedó inconcluso en 2006.